Desde la psicología la relación entre los trastornos alimentarios y el trauma es un tema cada vez más relevante. Las investigaciones más recientes han arrojado luz sobre los profundos vínculos que existen entre las experiencias traumáticas y el desarrollo de trastornos alimentarios.
En artículos anteriores hemos reflexionado sobre estos temas por separado: trauma, apego y trastornos alimentarios. En este artículo en particular tratamos de meditar sobre la relación entre estos conceptos.
Es importante reconocer que el trauma y el apego no son los únicos factores que contribuyen a los trastornos alimentarios, pero comprender su impacto puede ser fundamental para brindar un tratamiento efectivo.
El trauma y el apego
El trauma se define como una experiencia angustiosa que rebasa la capacidad de afrontamiento de la persona. Puede ser causado por una variedad de eventos, incluyendo abuso físico o sexual, negligencia, desastres naturales o violencia.
Pero el trauma también puede implicar una serie de acontecimientos denominados “de menor relevancia” pero que de forma continuada comprenden un estrés importante. Nos referimos a traumas de apego como: falta de empatía, crítica continua, rechazo, abandono, presión para el éxito o parentalización entre otros.
Las experiencias traumáticas se han relacionado consistentemente con un profundo impacto en la salud mental de las personas.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Ansiedad
- Depresión
- Dificultades con la regulación emocional
- Comportamientos autodestructivos
- Trastornos de la conducta alimentaria
La conexión entre el trauma y los trastornos alimentarios
Las investigaciones han demostrado que las personas víctimas de trauma en la infancia tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Esto se debe a que el trauma puede alterar la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan con respecto a la comida y su cuerpo. Además el trauma altera la forma en que las personas se regulan emocionalmente; y la regulación emocional es un factor clave para entender los trastornos alimentarios.
Algunos de los mecanismos por los cuales el trauma puede contribuir a los trastornos alimentarios incluyen:
- Dificultades con la regulación emocional: Las personas que han experimentado trauma pueden usar la comida como una forma de afrontar emociones difíciles, como la ira, la tristeza o el miedo.
- Problemas de autoestima: El trauma puede dañar la autoestima de una persona, lo que la hace más susceptible a desarrollar una imagen corporal negativa y comportamientos alimentarios poco saludables.exclamation.
- Desconexión del cuerpo: Las personas que han experimentado trauma pueden tener dificultades para sentir y conectar con su propio cuerpo. Esto puede conducir a conductas alimentarias desordenadas como la restricción, los atracones y las purgas.
Sanando heridas: Abordaje integral del trauma y los trastornos alimentarios
Al evaluar a un cliente con un trastorno alimentario, es importante realizar una evaluación exhaustiva del historial de trauma del cliente. Si se identifica un trauma, el tratamiento debe abordar tanto el trastorno alimentario como los efectos del trauma.
Los trastornos alimentarios (TA) son complejos y multifacéticos, con raíces que se extienden más allá de la simple relación con la comida. El trauma y el apego inseguro durante la infancia pueden jugar un papel significativo en el desarrollo de estos trastornos, creando patrones de comportamiento desadaptativos y distorsiones en la imagen corporal.
Un enfoque integral para el tratamiento de los TA que aborda el trauma y el apego es esencial para la recuperación completa. Este enfoque implica trabajar en conjunto con un equipo de profesionales de la salud mental, médicos, nutricionistas y otros especialistas que comprenden la compleja interacción entre el trauma, el apego y los TA.
Elementos del enfoque integral
- Evaluación y diagnóstico
- Terapia psicológica individual
- Terapia psicológica familiar
- Terapia nutricional
- Grupos de apoyo
- Atención médica
- Apoyo psicosocial
Al abordar el trauma y el apego, este enfoque no sólo trata los síntomas de los TA, sino también las causas subyacentes. Un enfoque integral aumenta las posibilidades de una recuperación completa y duradera, permitiendo a los pacientes sanar de sus heridas y desarrollar una relación sana con la comida y su cuerpo.
El camino hacia la recuperación puede ser desafiante, pero con el apoyo y tratamiento adecuados, es posible sanar las heridas del trauma y superar los Trastornos Alimenticios. Un enfoque integral es esencial para lograr una recuperación completa y duradera. Recuerda que cada persona experimenta el trauma y el apego de manera única, por lo que el tratamiento debe ser individualizado y adaptado a las necesidades específicas de cada paciente.
Si quieres saber más sobre el tema, no dudes en contactarnos a través de nuestra página web centropsicologiaymentemalaga.es o llamándonos al 602 246 161.