¿Cómo te relacionas con la comida? Quizás eres de esas personas a las que la comida les resulta una lucha. Un constante desequilibrio entre lo que les apetece comer y lo que se supone que “tienen que comer”. Algunas personas se consideran “adictas” a ciertos alimentos, como los azúcares, los snack y los alimentos poco saludables.
Quizás tu problema sea que comes por ansiedad, malestar, tristeza, soledad o aburrimiento. Otras forma de relación poco saludable con la comida son el vómito o la restricción excesiva de alimentos.
En todos estos casos se establece una relación negativa con la alimentación, la comida se convierte en una fuente de angustia, preocupación y culpa. Por ejemplo preocupación constante por que comer o que no comer, preocuparse por no engordar o pesarse en exceso.
Date cuenta de tu comportamiento en relación a la comida, ese comportamiento te está diciendo cómo estás contigo mismo y como te cuidas. Si piensas que no le estás haciendo del todo bien quizás sea el momento de establecer un vínculo más sano con tu alimentación.
Para ayudarte en ese proceso queremos proponerte algunos pequeños tips.
1.Aprende sobre nutrición, consulta con profesionales. Con ello serás consciente de lo que comes.
2.Realiza un horario de comida fijo, evitarás la ansiedad al saltarte comidas y el hambre excesivas.
3. Convierte la comida, y la cocina en estímulos agradables.
4. Que el momento de la compra sea también un momento agradable, ve sin hambre y elige aquellos alimentos saludables y variados.
5. Elige también “golosinas” saludables (frutos secos, pan integral…).
6. Observate en el momento que vas a comer ¿Cómo te sientes? ¿Hay alguna emoción que estés canalizando con la comida? Si es así date cuenta y elige una estrategia diferente para calmar esa emoción.
7. Toma conciencia de lo que comes: olor, sabor, textura…. No comas con el piloto automático.
8. Prueba cosas nuevas, atrévete a probar alimentos nuevos, o nuevas formas de cocinarlos.
9. Para de «rumiar» en torno a la comida, despeja tu mente, no desperdicies tu energía mental. Deja de contar calorías, preocuparte por el peso o lo que sea que te haga sentir ansiedad. Para ello puedes valerte de ejercicios de respiración y relajación.
Es posible recuperar la satisfacción por comer y sentirnos tranquilos y en paz con nuestro cuerpo, nuestra imagen y nuestra relación con la comida. Quizás necesitemos ayuda por el camino, recurre siempre a profesionales especializados que te puedan proporcionar una ayuda eficaz.