Muy popularmente se habla de los conceptos de comportamientos tóxicos, relaciones tóxicas, relaciones abusivas o relaciones de violencia.
En una relación tóxica de pareja se producen dinámicas de peligrosas, con abuso y malos tratos que pueden ir desde formas más sutiles o invisibles hasta agresiones físicas.
Las primeras interacciones peligrosas y abusivas se producen de un modo sutil, casi invisible, del que incluso la propia victima duda. Estas conductas van aumentando en intensidad hasta llegar a formas más visibles. Pero cuando se llega a este punto la relación está muy deteriorada, se ha establecido una vinculación traumática y se ha creado en la victima una situación de dependencia emocional de la que es difícil salir sin ayuda.
Ninguna relación de malos tratos o violencia física surge directamente, antes de la violencia visible se producen comportamientos tóxicos más o menos invisibles. Las formas invisibles de abuso o malos tratos son el primer componente en una relación tóxica. Sus manifestaciones y consecuencias son tan importantes como los causados por la violencia física.
En este breve artículo nos centraremos en dos de los componentes principales (y primeros) que son el cimiento para que se de una relación tóxica, abusiva o de violencia. El aislamiento y el control como comportamintos tóxicos.
invisibles | parcialmente visibles | invisibles |
Chantaje Anulación Aislaminto Control | Amenazas Desprecios / Humillaciones | Gritos o Insultos Agresión física Violación o abusos |
El aislamiento
El aislamiento se produce cuando la persona se dedica de manera exclusiva y completa a la relación de pareja, abandonando las relaciones sociales con otras personas, con amigos, familiares incluso dejar de hacer actividades gratificantes.
Muchas personas, a pesar de estar en una situación de aislamiento niegan tal situación, o bien niegan que la causa se deba a una prohibición explicita de la pareja. Prestemos atención, la persona abusadora en raras ocasiones va a prohibir explícitamente que la pareja vea a alguien o haga algo de manera independiente. Más bien se vale de una serie de manipulaciones, el aislamiento va avanzando de una manera sutil y progresiva. Para entenderlo mejor describiremos algunos de los indicadores más comunes.
Los Celos
Los celos, la persona abusadora puede mostrarse celosa de las personas, incluso de las cosas o situaciones que rodean a la victima. Por ejemplo muestra celos de los amigos o amigas, incluso de familiares. Esta “prohibición” no tiene que ser explicita, a veces se valen de “un poner mala cara” y muy frecuentemente se valen del enfado para crear sentimientos de culpabilidad en la víctima y conseguir que no se repita esa situación, por ejemplo enfadarse porque la pareja ha quedado con su hermano / amiga.
La Crítica, la descalificación y los enfrentamientos
Otras manifestaciones de comportamientos tóxicos son: poner en duda, criticar, cuestionar, descalificar o provocar enfrentamientos (directa o indirectamente) con amigos, familiares, aficiones o en actividades o lugares a los que a la persona le gusta acudir o disfruta. Por ejemplo “hacerle ver a la victima” que tal amigo / familiar no es de fiar, hacerle pensar que tal persona la crítica o no la aprecia lo suficiente. Estas estrategias van encaminadas a que la víctima acabe asumiendo que solo puede confiar y sentir seguridad con su pareja.
La humillación
En situaciones de interacción social, por ejemplo celebraciones, salidas con otros amigos, reuniones familiares etc. Las personas abusadoras pueden actuar provocando situaciones de humillación, en forma de burla o broma delante de familiares o amigos dirigidos hacia la victima. Puede, además, actuar humillando, descalificando o difamando a la víctima. Ejemplos de estos comportamientos serían descalificar algún aspecto físico, descalificar algún comentario realizado por la persona, o humillaciones directas como llamar a la víctima “loc@”, “rar@”, “inútil” etc. Estos comportamientos de manera continuada provocarán que la persona cada vez tenga menos interés en acudir a eventos y relacionarse con los demás.
El control
El control se produce cuando la persona abusadora establece una situación de dominio sobre la pareja. Veamos los indicadores más frecuentes.
Intentan controlar lo que la pareja hace, a quien ve, con quien habla o a donde va. Quieren saber hasta el último detalle, mostrando enfado si se omite algún detalle irrelevante. Habitualmente estas personas se muestran vigilantes la mayor parte del tiempo.
Otro de los comportamientos tóxicos que muestran las personas controladoras con su pareja se aprecia en la forma que tienen de actuar y hablar. Habitualmente se muestran con autoridad y hablan como si tuvieran poder o mando, deciden lo que está bien o está mal, lo que se puede hacer o lo que no.
Muestran control sobre aspectos de la pareja que no les incumben. Por ejemplo intentan o toman decisiones sobre la forma de vestir de la otra persona o sobre las actividades que realiza. Es importante tener en cuenta que esto no siempre se hace a través de una orden directa “no te pongas…” o “no vayas a….” más bien suelen ser comentarios descalificativos que consiguen que la pareja termine adaptándose a lo que quiere.
Habitualmente las personas controladoras se muestran muy intrusivas. Por ejemplo presentarse en el trabajo de la pareja, en las reuniones sociales o cuando queda con amig@s; sin avisar y sin ser invitad@. Otra forma de intrusión se manifiesta cuando hay una comprobación recurrente sobre las pertenecías de la pareja (bolso, la ropa, el móvil, el coche, el correo electrónico etc.). Estos comportamientos impiden que la pareja tenga una intimidad propia.
La exigencia de atención constante es otro de los indicadores de que se está produciendo un comportamiento tóxico, junto con la petición de justificaciones constantes sobre lo que la pareja hace o a donde va. Por ejemplo llamadas constantes,o pedir a la pareja llamadas o mensajes constantes, controlar el uso del móvil de la otra persona, pedir que la pareja mande la ubicación donde está o fotos sobre lo que está haciendo.
Es importante destacar que los comportamiento descritos de manera aislada o puntual no son muestra inequívoca de una relación tóxica. Sin embargo si se dan de manera habitual y / o intensa si debemos sospechar de que nos encontramos en una relación tóxica, en estos casos es recomendable recibir orientación y apoyo, empezar a poner límites y empezar a salir de este tipo de relación.